Lo más fácil es que no salga...

lunes, 3 de octubre de 2011

"Las tres de la mañana y todavía despierta. Mañana madrugo. Me voy a dormir ya". Cogió la infusión que tenía sobre la mesa y le dió un sorbo. Volvió a acomodarse en el sofá y se encendió un cigarro. "Mierda, ¿es que no hay ni una solución efectiva para el insomnio o qué?"
- ¿Otra vez solucionando el mundo de madrugada?
Ni siquiera lo había escuchado llegar, pero tampoco se sorprendió. Ultimamente parecía que le estaba contagiando su falta de sueño. Quizás un poco de charla los ayudaba a dormir a ambos.
- Que va, con solucionar un poco mi vida me basta - Se echó a un lado en el sofá y dejó que se sentara a su lado - pero ni siquiera eso consigo.
- Pensar en ello es lo más fácil, lo jodido luego es poner en práctica lo que has pensado. - Cogió un cigarro de su pitillera y se lo encendió - Te cambio un cigarro por una conversación sobre lo que te pasa por la cabeza esta noche.
- En realidad sólo pensaba en que debería estar en la cama...¿Es que ni siquiera dormir es fácil?¿Todo tiene que suponer un esfuerzo? Joder, se supone que solo hay que cerrar los ojos y dejarse llevar.
La miró con un sonrisa. Sabía lo que estaba pensando, pero no estaba segura de querer hablar del tema. Aunque igual el aburrimiento de repetir la misma conversación una y otra vez era suficiente para dejarla K.O.
- Me da la impresión de que no te refieres sólo al sueño, ¿me equivoco? - le dió otra calada al cigarro mientras esperaba una respuesta que no llegó - Cariño, dejarse llevar nunca es una opción, sino un imposición. No lo eliges, es algo que pasa sin que puedas evitarlo. Puedes luchar contra ello y pasarlo mal desde el primer momento, o puedes aceptarlo y, si la cosa acaba en desastre, pasarlo mal entonces, pero al menos habrás disfrutado el camino.
- Esto no es lo que se supone que debería pasar - dejó la taza sobre la mesa y se colocó de frente a él - se supone que tendría que ser instintivo y natural, se supone que las personas estamos hechas para estar juntas, para tener relaciones, para querernos...
- Claro, y tambien se supone que tienes que morder una manzana envenenada y esperar a que tu principe azul luche contra un bosque de zarzas y una malvada bruja convertida en dragón para rescatarte y despertarte de tu sueño.
- No tienes ni puta idea - sonrió.
- ¿Qué?
- La manzana es de Blancanieves, pero las zarzas y la bruja son de la Bella Durmiente.
Él pusó los ojos en blanco y suspiró. La miró y una sonrisa empezó a formarse en sus labios.
- Sabes a dónde quiero llegar. Disney ha hecho mucho daño. Ha hecho que las mujeres penséis que teneis que esperar a vuestro principe azul. Os ha educado para ello, pero a nosotros no nos ha enseñado como convertirnos en eso. ¿Alguna vez has visto cómo el principe llega a ser lo que es? No. Os educan para ser princesas soñadoras en busca del amor verdadero, pero los tios no sabemos como darlo, no estamos hechos para eso.
Seguramente tenía razón. Si lo pensaba bien, no recordaba una película en la que el principe se comportara como un caballero de principio a fin. Como mucho, hacía su gran aparición final cinco minutos antes de los créditos, a menos que fuera un sinvergüenza como en el caso de Aladín. Y nadie quería un sinvergüenza a su lado hoy en día.
- Igual tienes razón.
- Te aseguro que la tengo. Soy un tio, sé lo que busco. Si sales una noche y encuentras a alguien que merece la pena no te planteas que puedes tener una relación con ella, vas a lo que vas. Si tienes la suerte de conseguirlo te olvidas de la chica, porque ya has conseguido lo que querías. En ciertas ocasiones la chica no te deja que lo consigas todo, eso puede hacer que pases de ella definitivamente o que la llames al dia siguiente para ver si lo consigues con un segundo encuentro. Pero al final, todo se reduce a lo mismo, hasta que encuentres a alguien que te haga cambiar de objetivo.
- ¿Y cómo se supone que tenemos que hacer nosotras para que nos veais como algo más que un rato de sexo?
La pregunta lo divirtió. Habían hablado mucho sobre ese tema, pero nunca habían conseguio llegar a un punto en común, a una solución explícita y efectiva para ambos. Compartir piso con alguien del otro sexo podía ser, en algunos momentos, muy agotador, pero en otros, la diversión estaba asegurada. Conversaciones como estas subían el marcador de los buenos ratos.
- No podeis hacer mucho. Lo máximo, es dejarnos con el interés por algo, o, lo que es lo mismo, dejarnos con las ganas - la sonrisa se fue borrando de sus labios poco a poco y la miró fijamente - pero hay demasiadas cosas que tienen que encajar...no sé, que ambos esteis en un momento en el que querais una relación, que esteis dispuestos a acabar la noche en ese instante y quedar en otro momento, que haya un interés mutuo, que ninguno de los dos idealice al otro...Hay tantas cosas que tienen que encajar para que dos personas comiencen una relación, para que la cosa salga adelante que, en realidad, lo más fácil es que no salga.
Apagó el cigarro, la besó en la mejilla y se metió en su habitación, dejandola de nuevo sola, con su infusión fria, su cigarro consumido por las cenizas y su insomnio como único compañero para pasar lo que le quedaba de noche.