Para Amaya

martes, 23 de diciembre de 2014

Hace ya un año. Un año sin verte, sin hablar contigo y sin dejar, por ello de quererte. Te fuiste sin avisar, lo dejaste todo y dejaste a las personas que más te querían. No puedo reprochartelo. Estoy segura que de haber podido elegir aún seguirías aquí, pero no puedo evitar, en parte, envidiarte por el hecho de que te libraste de la tristeza que nos dejaste al irte.
Te echo de menos, aunque imagino que no sirve de nada. Recuerdo tus risas, tus bromas, tus sueños y esperanzas y hasta tus malos momentos. Eras para mi hermana, amiga, madre, compañera y una persona increíble.
Dejaste asuntos pendientes, citas a las que ya no acudirás, planes que no llevarás a cabo y promesas que no podrás cumplir.
Te quería en mis cumpleaños, en mi boda, en mis rutas y mis acampadas. Te quería en mis buenos y en mis malos momentos y quería formar parte de los tuyos, pero ya no estarás en ninguno.
Sé que cuidarás de aquellos a los que dejaste aquí a tu manera, que intentarás guiarnos y velar por nosotros, aunque no te veamos, aunque no podamos hacer más que echarte de menos.
Puede que estas líneas den la impresión de que no lo he superado, incluso habrá quien piense que habría sido mejor guardar silencio y no remover el pasado, pero creo que hay cosas que necesitan ser dichas. Como ya no estás aquí para decírtelo esto es lo más que puedo hacer.
Así que sólo te escribo para decirte que te quiero, que te echo de menos y que espero que estas fiestas estés con nosotros a tu manera.
Eres el mejor ángel de la guarda que tu gente podría tener, es una lástima que para serlo hayas tenido que dejarnos.

D.E.P. Hermanita

0 comentarios:

Publicar un comentario